Lo primero que puedes estar pensando es sí que mi gato se parece a mí o mi gato no se parece en nada a mí. Sea cual sea la respuesta, en este artículo te explicamos por qué tu gato se parece a ti aunque quizás al principio te suene muy raro o tremendamente fenomenal.
Y esto no lo decimos nosotros sino una investigación que se ha llevado a cabo en la Universidad de Nottingham, la Universidad de Treny y la Universidad de Lincoln. Fíjate que son tres universidades las que están de acuerdo así que algo interesante tienen que decir.
¿En qué basaron el estudio del comportamiento felino?
La investigación se realizó a más de 3 mil dueños de gatos de Reino Unido haciéndoles preguntas sobre su personalidad y la de sus mascotas, basándose en el ‘Modelo de los cinco grandes’ (apertura a las nuevas experiencias, responsabilidad, extroversión, amabilidad y neurosis).
“La personalidad humana puede afectar sustancialmente la naturaleza del cuidado proporcionado a aquellas personas que se encuentran a cargo”, explica el estudio. “Este vínculo ha sido muy investigado con padres e hijos, sin embargo, se sabe relativamente poco acerca de esta dinámica con respecto a las relaciones de los humanos y los animales”.
Las relaciones familiares como punto clave del desarrollo de la personalidad
Este estudio ha puesto en valor las relaciones familiares que son un punto base para el desarrollo de la personalidad y del bienestar de las personas. Al fin y al cabo, se pasa mucho tiempo rodeado de la familia y eso tiene que tener un impacto. Es por eso que los roles sociales tanto de los humanos como de los animales tienen importancia sobre las experiencias y el bienestar de estos últimos.
¿Qué quiere decir esto? Que hay una relación entre ambos. Por ejemplo, los dueños que tenían un gato que con problemas de comportamiento sacaron puntuaciones más altas en neurosis que otros.
¿Un gato con un dueño neurótico prefiere pasar más o menos tiempo con él?
Resulta que durante el 2010, se realizó otra investigación donde se descubrió que los perros sí que prefieren pasar más tiempo con los dueños que son neuróticos mientras que los gatos prefieren pasar menos tiempo. De la misma manera, los dueños que tenían rasgos negativos también tenían gatos que tenían problemas de salud relacionados con el estrés, comportamientos agresivos y obesidad.
Esto quiere decir que el comportamiento que tienes con el ambiente también modifica el ambiente de tu gato. En cambio, los dueños que eran más agradables tenían gatos más calmados, con menos tendencias agresivas y con tendencia a ser cariñosos. También tenían más probabilidad de tener un peso normal.
Los gatos terminan siendo como una esponja psicológica
Toda esta investigación nos hace reflexionar sobre la importancia que tiene nuestra salud mental no solo para nosotros sino para nuestro gato. Es importante entender que la manera en la que interactuamos con ellos tiene claras repercusiones en su estado psicológico. ¿Conocías esta investigación? Déjanos un comentario para que podamos leerte 🙂