No es ésta una práctica que tengamos que hacer normalmente. Sin embargo, nunca está de más saber cómo se toma la temperatura de un gato por si acaso se da la situación. Gracias a ella podemos saber si un gato tiene fiebre o no.
Lo más importante de tomar la temperatura a un gato es saber dónde tenemos que colocar el termómetro y de qué manera. Es importante que cuando vayamos a tomar la temperatura del gato, el ambiente sea relajado donde no pueda aflorar estrés.
¿Cuál es la temperatura normal que tiene un gato?
Es esencial que sepamos cuál es la temperatura que tienen lo gatos en un estado normal porque si no, probablemente, cuando les pongamos el termómetro nos vamos a asustar. Lo primero que hay que decir es que los felinos tienen una temperatura corporal mayor que la de los seres humanos.
Esto quiere decir que ronda entre los 38 y 39,2 grados. Por lo tanto, tenemos que relativizar porque para un gato tener 37 grados es tener muy poca temperatura pudiendo llegar a tener un cuadro de hipotermia mientras que en seres humanos es una temperatura normal.
Hay que tener en cuenta también que los gatos cuando son cachorros no tienen aún la capacidad de regular su temperatura y pueden tener 37 grados, pero con el tiempo, irá incrementando hasta tener los valores que hemos estado comentando.
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¿Qué tenemos que hacer para tomar la temperatura a un gato?
La única manera que tenemos de tomar la temperatura es con un termómetro así que olvídate de las orejas porque no pueden determinar la temperatura de un gato. La nariz tampoco sirve para tomar la temperatura así que debemos olvidar todo esto y darnos cuenta de que vamos a tener que buscar otra manera de medir la temperatura en gatos.
Para medir la temperatura a un gato tenemos que introducir el termómetro en el ano. Es la única parte por la que podemos llegar a la temperatura interior, pero claro, para conseguirlo hay que tener mucho tacto y relajación porque no deja de ser una zona que les puede incomodar.
Por lo tanto, es importante que el ambiente sea relajado y que esté libre de estrés porque si no es imposible introducir el termómetro en el ano sin que se ponga nervioso. Podemos rodearle con un brazo y juntarlo hacia nuestro pecho y con la mano levantarle la cola con tranquilidad para dejar libre el ano.
Luego, con la mano que nos queda libre, introducimos el termómetro en el ano lo suficiente para cubrir la punta. Puedes lubricar el termómetro con un poco de vaselina antes y facilitará la acción además de que es probable que sea más liviano para el gato.
¿Cómo tenemos que colocar el termómetro?
Esto es muy importante y es que a la hora de introducir el termómetro, si lo introducimos recto y ya, es posible que no estemos midiendo la temperatura del gato sino la temperatura de sus heces. Es posible que el gato no haya evacuado y las tenga ahí.
¿Cuál es el problema con esto? Las heces suelen estar a una temperatura más baja por lo que no estaríamos cogiendo la temperatura del organismo real. Es por eso que una vez introducido, tenemos que inclinarlo hacia la izquierda de manera suave (no vayas a ser bruco y hacerle daño) para que toque la pared interior del ano. Ahí sí podemos tomar una temperatura correcta.
¿Qué pasa si tu gato opone resistencia?
Obviamente, meter un termómetro por el ano de un gato no parece una tarea fácil y esto que os hemos comentado es cómo sucedería de manera ideal. Ahora bien, es fácil que tu gato se sienta nervioso cuando introduzcas el termómetro y se revuelva.
En caso de que ocurra esto, puede venir otra persona para ayudarnos o podemos intentar envolver al felino en una toalla para que no pueda mover las extremidades dejando solo libre la zona anal.
Si ves que ni de esta forma puedes, lo mejor es dejarlo en manos del veterinario ya que forzar la situación puede resultar un tanto traumático para el gato y además puede hacerte daño.
¿Qué pasa si consigo que la situación transcurra bien?
Si consigues que no se revuelva mucho y logras introducir el termómetro sin contratiempos, solo tenemos que esperar que se muestre la temperatura. Una vez la sepamos, retiramos el termómetro y lo desinfectamos. Luego ya podemos guardarlo.
Si el felino tiene una temperatura superior a 39,2 grados, lo mejor es acudir al veterinario o si la tiene por debajo de 38. Si tenemos dudas sobre la temperatura, siempre es bueno llamar al veterinario y comentárselo.
¿Conocías cómo tomar la temperatura de tu gato? Déjanos un comentario para que podamos leerte y si te ha gustado no dudes en compartir el artículo utilizando los iconos de redes sociales inferiores ⬇🐱💚