¿Cuántas veces habremos visto casos donde las personas van y vienen? Por supuesto que hay que ser comunicativos en las relaciones y establecer nuestros límites. Sin embargo, hay relaciones que no están destinadas a ser y este es el caso de Forsberg.

Esta chica aunque cortó con su novio sí que tenía a su gato llamado Woof que había sido siempre muy cariñoso e incondicional.

¿Cómo conoció Forsberg a Woof?

La primera vez que lo vio tenía tan solo 10 años y sus padres lo acababan de adoptar. Era un gatito pequeñito y desde entonces fue amor a primera vista. Era un gato muy cariñoso y siempre estaba deseando amor del bueno.

Por lo tanto, crecieron juntos hasta el punto de que Woof llegó a cumplir los 20 años estando a su lado. Ella llegó a mudarse con el novio, pero aun así, el felino era una preocupación primaria en su vida.

¿Qué ocurrió entonces con el novio cuando rompieron?

Llevaban 4 años cuando la ruptura tuvo lugar. La primera preocupación que se le vino a la cabeza fue cómo iba a reemplazar todas las fotos con las que salía con su novio.

Era tanta la preocupación que hasta se había acordado de que salían juntos en las fotos de las bodas a las que asistieron.

El grandioso momento de la edición de fotos

Curiosamente, no fue ella la que editó las fotos sino su hermana Emily que tenía mucha creatividad y se le vino rápidamente esa idea a la cabeza para solucionar el problema. Comenzó a poner a Woof en todas las fotos donde salía su hermana con el exnovio hasta el punto de que el resultado quedó completamente gracioso.

Está claro que su familia tenía mucha creatividad en los genes y siempre salían de las situaciones complicadas con algo de humor.

¿Qué opina Forsberg de su exnovio?

La joven siempre quiso aclarar que aunque Woof salía estupendamente en las fotografías, no sentía ningún tipo de rencor hacia su novio. Es decir, no tenía sentimientos negativos hacia él.