La educación de los gatos es un mundo sencillo, pero que parece que a la mayoría se le pone cuesta arriba. Tienen demasiado interiorizado que la clave de la educación es el castigo y el grito. ¿De quién habremos sacado esta idea tan aberrante? El castigo nunca funciona bien; solo hace que el otro se vuelva más irascible y desconfiado. Educar a tu gato es realmente sencillo.
Esto se aplica a cualquier ser vivo. Enseñar mediante la amenaza y el miedo nunca es buena idea. Es por eso que te enseñamos en este artículo 4 formas de educar a tu gato desde un punto de vista positivo.
Para educar a tu gato tienes que premiar las cosas buenas que hace
Los gatos funcionan mediante el refuerzo positivo. Esto es esencial que se comprenda ya que gritar y amenazar solo empeorarán las cosas. Lo esencial es que el gato relacione una conducta o algo que haya hecho con un premio. De esa manera, cada vez que se repite la situación lo recuerda con algo positivo.
Por lo tanto, ten a mano los premios y cada vez que tu gato consiga hacer eso que tanto anhelas, le das un premio. Luego al final lo hará instintivamente por refuerzo positivo y lo habrás educado.
Los premios no tienen que ser siempre golosinas; también pueden ser caricias, cepillados etc. Todo lo que se te ocurra que le transmita algo positivo a tu gato y que le encante.
No es tan complicado como parece, pero requiere de mucha paciencia y claro está, mucho amor.
El método de la usencia hay que aplicarla en el momento exacto
Vamos a explicar esto bien y es que es fundamental entender que no sirve de nada reñir a tu gato por algo que ha hecho en el pasado además de que ya hemos explicado la importancia de no reñir y aplicar el refuerzo positivo.
Cuando llegas a casa y te encuentras que tu gato ha arañado la puerta, no sirve de nada reñirle en ese momento porque el gato lo ha hecho en el pasado y ellos no tienen memoria ni lógica como para enlazar tus reprimendas con el hecho de que hace unas horas arañaron la puerta.
Lo que se suele recomendar es aplicar el método de la ausencia. Este método se basa en que en el momento en el que tu gato hace algo que no te ha gustado, lo ignoras durante un tiempo para que perciba que algo ha hecho mal. Sin embargo, es una técnica un tanto ambigua y se recomienda más poner un rascador en la zona donde rasca la puerta o cualquier otro mueble.
Utiliza el zumo de limón a tu favor para educar a tu gato
El zumo de limón ayuda mucho a hacer que tu gato no se acerque a ciertos lugares. Los cítricos desprenden un olor que los gatos no llevan bien ya que tienen un olfato muy potente y les resulta molesto.
Hay que pensar en el zumo de limón como algo que poner en algún objeto en concreto. Lo que no se puede hacer es llenar la casa de zumo de limón porque entonces aumentarán los niveles de estrés del gato y no acabará siendo sano.
La esencia está en colocarlo en algún lugar de un mueble que suelen arañar. Es un recurso puntual que te ayudará. Eso sí, es importante también que los gatos tengan su sitio donde afilar sus uñas así que coloca rascadores por la casa.
Utiliza el papel de aluminio a tu favor
Este recurso se utiliza de la misma manera que el zumo de limón. Si hay algún plato que no quieres que tu gato toque, puedes envolverlo bien en papel de aluminio que es algo que por lo general los gatos detestan.
El zumo es más útil para los muebles y el papel de aluminio para comida u objetos pequeños que no quieres que toquen.
Si te das cuenta, al final se trata de moldear el ambiente para que tu gato se acostumbre a no ir a ciertos sitios porque huele mal, a no tocar ciertas cosas porque tienen ese papel que no les gusta nada, a hacer esas cosas que le recuerdan a algo positivo y a dejar de hacer las cosas que hacen que su humano preferido no le haga caso. En ningún caso se termina gritando porque no sirve para nada.
Y así es como con mucha paciencia vas educando a tu gato para que la convivencia sea mejor. ¡Mucha paciencia y mucho amor!
¿Conocías estas 4 formas de educar a tu gato? Déjanos un comentario para que podamos leerte 🙂
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